¿Cómo comprar un sofá de calidad?

Consejos para llevar comodidad a tu casa

Aunque algunos lo vean como parte de la decoración, el sofá es un elemento esencial en la sala de nuestra casa… Es más, muchos suelen llamarlo “El Rey de los Muebles”. 

Y no dejan de tener razón: en él descansamos, leemos, comemos, vemos televisión, conversamos, jugamos con los niños y hasta dormimos la noche entera; es butaca de cine, rincón de lectura y zona de tertulia.

Comprar un sofá es una de las inversiones más importantes que podés hacer en tu hogar, así que tiene mucho sentido que te tomés el tiempo necesario para ir por el camino del conocimiento e invertir en un mueble de calidad.

Primero, tenés que elegir una tienda de confianza, con experiencia y tradición en la venta de muebles, donde te brinden la asesoría necesaria para comprar el mejor sofá de tu vida.

¿Cómo sabés si estás comprando un sofá de calidad? En Düler te damos algunos consejos para que te llevés a casa muchas y largas horas de comodidad para toda tu familia.

 

Un armazón sólido y una base fuerte 

La clave para comprar un sofá duradero está en un armazón sólido y una base firme. La mayoría de armazones son de madera y la base ideal es una mezcla de muelles de acero y cinchas elásticas cruzadas en la base del asiento.

Los reposabrazos del sofá deben sujetarse bien y no deformarse o caerse con el uso; además, la zona lumbar debe ser acolchada y resistente. ¡Ah! Y no olvidés que las patas sostienen el peso del armazón y de las personas que diariamente se sientan en él. Así que, ¡cuidado con las patas enclenques!  

 

Tené en cuenta el tejido

Ya sea un color, un patrón o un neutro, la tela de tapicería que elijás tendrá un gran impacto en la habitación, así que debés asegurarte de que se ajuste a tu esquema de diseño del espacio. Si vas a colocar el sofá cerca de una ventana, buscá un tejido sintético, porque los materiales naturales pueden desvanecerse con la luz solar intensa. Si será un sofá para toda la familia o si tenés un perro o un gato, será mejor que elijás una tela fácil de limpiar o un sofá con cubiertas independientes que se pueden quitar para limpiarlas.

Otro factor importante al elegir un sofá es que, tanto su tejido como el relleno, sean transpirables, para que te brinden mayor confort.

 

Cojines cómodos y resistentes

Recordá que lo que hay dentro de un sofá es tan importante como su exterior. Los cojines rellenos de plumas son cómodos, pero necesitarán un relleno continuado, mientras que los rellenos de espuma pueden aplanarse y perder su forma con el tiempo. Una combinación de plumas y espuma puede ser la solución, ya que las plumas se amoldan al cuerpo y la espuma proporciona estructura.

 

Medí bien el espacio y el uso que le darás

Antes de decidirte por un sofá, llevate a la tienda tres datos básicos: las medidas del salón, su distribución y cuántas personas lo usarán a diario. 

Cuando tomés las medidas, recordá que no es suficiente con que quepa el sofá, sino que debés considerar cuánta superficie útil del salón ocupará y el espacio alrededor para “respirar”, así como que guarde la proporcionalidad con el resto del salón para que no influya negativamente en la decoración.

Considerar cómo te gusta descansar (sentarte con las piernas levantadas, estirarte o acostarte) y el número de personas que van a utilizar el sofá también es importante, porque te ayudará a tomar decisiones como si querés un sofá reclinable, un sofá cama, un sofá de 3 plazas o butacas reclinables que favorezcan la conversación en las reuniones familiares.

 

Dale una probadita antes de comprarlo

El sofá promedio tiene una profundidad de asiento de 60 centímetros y una altura entre 45 y 50 centímetros… Pero no hay una altura o una profundidad correcta, así que debés probar diferentes estilos para elegir el sofá que se adapte a tu casa y a toda tu familia.

Eso sí, al momento de probar el sofá, recordá que: 

  • Al sentarte, las caderas nunca deben quedar más hundidas que las rodillas 
  • Al apoyar tu espalda contra el respaldo, tus pies deben quedar en el suelo y tus riñones deben quedar protegidos
  • Al sentarte, el borde del asiento no debe presionar la parte posterior de tu rodilla.
  • Al apoyar tu brazo en el reposabrazos, debe estar a la altura del codo, no más bajo.
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